Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión

Apostolado de los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Cominión está formado por laicos pertenecientes al Equipo de Liturgia de la Parroquia, previamente formados por el párroco e instituidos por el Obispo, para ayudar en una forma activa en la distribución de la Sagrada Comunión, tanto en la santa Misa como fuera de ella, como por ejemplo en la visita a los enfermos. También  puede apoyar en otras actividades como presidir la celebración de la Palabra en caso que se requiera.

Estos laicos son llamados Ministros extraordinarios de la Sagrada Comunión.

La palabra “ministro”, procede del griego diaconía, traducido a la vez de la palabra hebrea “EBEDH”, que significa servidor.  Es un servicio al Pueblo de Dios.

Es un ministerio laical contemplado en la Iglesia Católica y estipulado en el Canon 230, párrafo tercero del Derecho Canónico en donde se  dice: “Donde lo aconseje la necesidad de la Iglesia y no haya ministros, pueden los laicos, aunque no sean lectores ni acólitos, suplirles en algunas de sus funciones, es decir, ejercitar el ministerio de la palabra, presidir las oraciones litúrgicas, administrar el bautismo y dar la sagrada Comunión según la prescripción del derecho”. En el canon siguiente (231) establece que, para ejercer este ministerio laical se requiere de la debida formación, conciencia y generosidad.

Perfil de los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión

En el documento Immensae caritatis, se pide que el fiel, hombre o mujer que será instituido como Ministro Extraordinario de la Sagrada Comunión, deba estar adecuadamente instruido y ser recomendable por su vida, por su fe y por sus costumbres. Por ello, en dicho ministro ha de destacar:

  • Testimonio de vida cristiana: sean conocidos en la parroquia y aceptados como creyentes.
  • Sensibilidad litúrgica: personas con sentido de Dios, que vivan las celebraciones.
  • Servidores de la comunidad: que no busquen protagonismo personal, ni se afanen por satisfacer sus propios deseos.
  • Conocer la comunidad para poder adaptarse a la asamblea concreta que celebra, siendo fiel a la celebración.
  • Disponibles para formarse: la formación litúrgica es una tarea constante para vivirla con plenitud.
  • Personas de espiritualidad autentica, de mucha intimidad personal con Cristo, de oración diaria, hambrientos de la Palabra de Dios y de la misericordia divina,  amantes celosos de Jesús Eucaristía, fervientes adoradores y custodios del Sagrario.

Días de Reunión

  • Periódicamente 1 vez cada tres meses.

 Coordinación

José Pérez (Telf.: 0416.633.61.81).

NORMAS MINISTROS EXTRAORDINARIOS DE LA COMUNIÓN (PDF)