La Oraciòn segùn los santos (I)

Decía San Alfonso María de Ligorio La oración es absolutamente necesaria para salvarse”, una frase que refleja en su totalidad una gran verdad, porque si orar es hablar con Dios entablando un diálogo con Él, lógicamente sólo aquellos que se esfuerzan por mantenerse unidos a Él a través de este medio podrán alcanzar las gracias y demás beneficios que de Él provienen.

Hay una frase que brotó del corazón de Pablo que refleja lo que se puede llegar a experimentar a través de la oración:Y ya no vivo yo, sino que es Cristo quien vive en mí.” (Gal 2,20). La oración nos lleva a “experimentar la unión con Cristo”, porque es a través de la oración como la vida del cristiano es atravesada, penetrada y poseída por la vida de Cristo resucitado y su oración es la que renueva y fortalece nuestra oración. Jesús nos muestra la importancia de orar, por ello siempre buscó esos momentos de encuentro con su Padre. Vemos que Jesús en muchas ocasiones se retiraba a orar; y la misma  Palabra de Dios nos exhorta a orar sin cesar(1Tes 5,17); a ser sobrios y velad en oración” (1Pe 4,7),  a ser constantes en la oración” (Rom 12,12), a Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias(Col 4,2).

En la vida de los santos encontramos muchos testimonios que evidencian la importancia que tuvo la oración en ellos; sabían que era la fuente más abundante de gracia, por eso para ellos fue un medio muy especial para alcanzar la santidad.

El libro de los Hechos de los Apóstoles, narra el momento en el cual Pedro y Juan fueron apresados luego de la sanación del hombre tullido, mostrando como los jefes de los saduceos se reunieron con los ancianos y los maestros de la Ley de Jerusalén para interrogarles. Vemos allí como Pedro lleno del Espíritu Santo, comienza a hablarles y una vez finalizada su intervención -dice la Palabra de Dios-, todos los que allí se encontraban quedaron “admirados” porque Pedro y Juan eran hombres sin instrucción ni preparación, pero sabían que habían estado con Jesús.» (Hch 4,13). De eso se trata, de estar con Jesús”. En el Evangelio según san Marcos 3,14, Jesús instituye a los doce apóstoles, y dice, los llamó para que estuvieran con Él y luego para enviarlos a predicar”. ¿Qué es lo primero?: estar con Él, estar con Jesús”. Santa Teresa de Ávila define la oración -refiriéndose específicamente a la oración mental- de la siguiente manera: No es otra cosa a mi parecer, sino tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama.

Debemos convencernos que sólo a través de la oración podemos estar con Dios(San Gregorio de Nisa). Todos los santos dedicaban gran parte de su tiempo a estos momentos de encuentro con Dios; ellos dan testimonio con su vida de los grandes beneficios de la oración en el alma. Necesitamos orar, orar con el corazón y con perseverancia, Orar, orar bien, orar mucho(Santa Gianna Bereta Molla). Santo Tomás de Aquino afirma: No es que sea necesario rezar para que Dios conozca nuestras necesidades; lo es para entender la necesidad que tenemos de recurrir a Dios y poder recibir las ayudas necesarias para salvarnos, y de esa manera reconocerle como Autor de todos nuestros bienes”.

Sin duda, la oración es un medio necesario y seguro para obtener la salvación y todas las gracias necesarias para lograrla, porque ningún bien hace el hombre sin que Dios le conceda al hombre poder hacerlo:(San León I). No podemos hacer nada, no podemos alcanzar nada, sin la ayuda de la gracia, y cada gracia viene a través de la oración” (Santa Faustina Kowalska). Para alcanzar la santidad es necesario orar, ya que es el inicio de todo no sabrá vivir bien quien no sabe rezar bien(San Alfonso Marìa de Ligorio). Como afirma San Carlos Borromeo: La oración es principio de todas las virtudes, su progreso y su coronaciòn” y es que sin oración no puede esperarse ningún fruto bueno en un alma(San Francisco de Asís).

 

Oración

Señor, Tú que nos dices «Pidan y se les dará; busquen y encontrarán; llamen y se les abrirá; pues todo el pide; recibe; el que busca encuentra; y al que llame se le abrirá» (Mt 7, 7-9); hoy te pido que por intercesión de la Santísima Vírgen María me concedas la gracia de anhelar siempre momentos de encuentro contigo a través de la oración. ¡Espíritu Santo enséñame a orar!. Amén.

 

Laura Pastrán

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