San José y su papel en la Sagrada Familia (3ra parte)

ENCUENTROS DE FORMACIÓN CATÓLICA

El tema de hoy es: San José y su papel en la Sagrada Familia en su tercera parte

¡Hola a todos! Feliz de encontrarnos nuevamente en nuestro ciclo de encuentros llamados parroquialmente Profundizando nuestra fe.  Con esto buscamos incrementar el conocimiento que tenemos de nuestra Iglesia, de lo que creemos y por qué lo que creemos.

Tenemos un emocionante reto de formarnos en nuestra fe. Y digo reto, porque nuestra Iglesia tiene 2000 años de fundada y es mucho el recorrido en diferentes dimensiones, cómo por ejemplo: La Tradición, el Evangelio y la Sagrada Escritura. No dejo por fuera los aspectos Teológicos, filosóficos, históricos, etc. Como pueden ver no hay excusa para proponernos aprender algo nuevo diariamente, lo cual nos ayuda a entender lo que creemos y el por qué, la razón de muchas cosas, pero, sobre todo, tener la certeza, que lo que prometió Jesús se cumple hoy y en el futuro también se cumplirá cuando él vuelva.

Estamos en una época donde vivimos asediados por tanta información contradictoria, que tienen la intención de desviarnos de nuestras creencias, para que: o abandonemos nuestra Iglesia o vivamos en una dirección distinta a la doctrina que hemos recibido, para que sencillamente dejemos de creer EN que debemos vivir en santidad y en la vida después de la muerte, entre otras cosas.

Aquí está el reto hermanos, no dejarnos robar nuestra esperanza o como decimos coloquialmente: “no dejemos que nos cambien oro por espejitos”.

Como bien lo anuncié al principio, el tema de hoy es sobre San José, esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús. Le pido a San José, nuestro patrono, que nos ayude para que pueda hablar de él y me guíe para  que todos le conozcamos.

Como ya hemos tenido un recorrido con San José, hago un breve resumen con 2 puntos de lo que hemos aprendido:

  1. José era un hombre Justo. Y no es otra cosa que una persona que es obediente, honesto, discreto, recto en su actuar, entre otras características.
  2. Dios se comunica con los hombres de diferentes maneras: En visiones, apariciones, locuciones, manifestaciones y en todas aquellas que considere necesario.

En nuestro anterior encuentro, terminamos con una lectura que aparentemente no tiene nada que ver con San José, pero conviene que la recordemos, ya que es tema central para esta etapa.

Ubica en tu biblia el libro de Isaías 7,14. Para esta lectura utilizaremos la Biblia de Navarra edición Latinoamericana.  Leemos:

“Pues bien, el propio Señor les da un signo. Miren, la virgen está encinta y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Enmanuel.”

Como se recuerdan, ya la leímos en un encuentro pasado, pero conviene volverla a analizar solo un punto, ya que de allí sacaremos el elemento que nos ayudara a entender a San José.

El mismo Señor les dará un signo”: Como podemos entender, el profeta indica que Dios mismo está anunciando, que él dará algo que todos entenderán sin necesidad de explicación alguna.

Entramos ahora a una nueva etapa dentro de esta conversación y pasamos a entender esa promesa, ese signo que nos anunciaron y la relación de José con eso.

Pasamos a leer Mateo 1,18. Leemos:

“Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no han vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo.”

Tenemos aquí varios datos clave:

  1. María y José estaban comprometidos y todavía no vivían juntos: Para la ley judía, eran legalmente esposos, aunque todavía no bajo un mismo techo. Eso obligaba a que ambos, cumplieran lo establecido por la ley. También bajo la misma ley debemos conocer que una mujer que no era virgen y no estaba casada, no solo era mal vista, sino que muy probablemente ya la hubieran matado a pedradas.
  2. María esta embarazada: Como ya conocemos como fue, nos centraremos en el hecho que José todavía no lo sabía, y si ya lo sabía, se imaginarán lo imposible de concebir aquella idea y sobre todo aceptarla.

Para tener una visión mas completa de esta situación, pasemos ahora a leer el relato, pero desde la perspectiva de San Lucas. Busca en tu biblia el Evangelio de Lucas 1,26-27. Leemos:

“En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María.”

Encontramos en este relato el paralelismo con la cita de Isaías que ya leímos y el cumplimiento de la promesa de Dios. Un imposible se hace posible ya que para Dios no hay imposibles.

Sigamos conectados con el relato y ahora leemos el Evangelio de Lucas 1,34-38. Pero primero les pongo en contexto: María entabla una conversación con el Angel de Dios, le informan que ella tiene toda la Gracia de Dios, y él le anuncia que, en los planes de Dios, está en que ella sea madre de un niño y que ese niño será grande entre otras cosas.

Leamos entonces Lucas 1,34-38:

“María dijo al Angel: «¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?». El Angel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios.

También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios». María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Y el Angel se alejó.”

Tenemos aquí muchos elementos para conversar, pero me centraré en los siguientes:

  1. María ratifica que era virgen. No debe quedar duda de eso.
  2. Para Dios no hay nada imposible. Para María no debe quedar duda que lo que quiera Dios hacer, lo puede hacer. Tanto es así, que el Angel le informa algo que también en esa época era imposible y que María desconocía y es el embarazo de Santa Isabel, su prima en ya un estado de ancianidad.
  3. La respuesta de María es abrumadora. Dice ella: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho». Aquí María se declara “Servidora” y hay que entender que un servidor es una persona que se entrega voluntariamente al servicio de otro, a diferencia de esclavo, donde allí no hay voluntad de la persona.

Entendiendo el pensamiento de María, vamos ahora con el de José y pasamos a leer el Evangelio de Mateo 1,19. Leemos.

“José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto.”

Sabemos entonces que José era un hombre justo, correcto, honesto, etc., pero también él era conocedor de la Ley. Sabía que estaba en compromiso esponsales con María, pero por algo que no llegaba a entender, su esposa estaba embarazada de otro.

Este escollo sería difícil de superar si los católicos no tuviéramos el Magisterio de la Iglesia, y justamente en la exhortación apostólica Redemptoris Custos, del sumo pontífice Juan Pablo II sobre la figura y la misión de San José en la vida de Cristo y de la Iglesia, nos da luces para entender lo que estamos estudiando.

San José también era un hombre piadoso como María, que amaba a Dios y lo llevaba en su corazón. Al igual que María, debió tener algún compromiso o consagración privada de virginidad. Por otro lado, toda niña judía que llegara a la edad de casarse – y debió ser el caso de María – debía casarse, ya que toda mujer tenía la esperanza de ser la Madre del Mesías prometido, por tanto, sirviendo en el templo, muy probablemente los sacerdotes buscando una pareja ideal para ella, escogieran a un varón con actitudes similares, el cual José los cumplía. Se sabía que ambos provenían de la tribu Judá y familia del Rey David, por tanto, era ideal y correcta para ellos esa unión.

Mucho hay que hablar a este respecto, no solo sobre la encíclica, sino del tema que estamos tomando.

Terminamos este encuentro con una Oración a San José del Papa León XIII.

A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiados tu patrocinio. Por aquella caridad que, con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, ya cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad.  Amén.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

San José, ruega por nosotros.

Alabado sea Jesucristo

Cita

Punto Focal

La promesa y el compromiso

Isaías 7,14

La promesa de Dios al pueblo

Mateo 1,18

El inicio de la vida pública de José

Lucas 1,26-27

Otra visión del relato de la anunciación y la revelación del compromiso

PAUSA EXPLICATIVA

Situación real para un hombre comprometido y su prometida o esposa estuviese embarazada de otro

Lucas 1,34-38

La duda de María, la respuesta de parte de Dios y la de María.

La situación de José

Mateo 1,19

La duda de José

PAUSA EXPLICATIVA

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA REDEMPTORIS CUSTOS DEL SUMO PONTÍFICE JUAN PABLO II SOBRE LA FIGURA Y LA MISIÓN DE SAN JOSÉ EN LA VIDA DE CRISTO Y DE LA IGLESIA

 

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Guillermo Salgado, Catequista

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