VI DOMINGO DE PASCUA

La Promesa es para tí

A dos semanas de la gran celebración de Pentecostés, la liturgia de este Domingo VI de Pascua, va intensificando la preparación para la misma. De hecho, toda la Cincuentena Pascual quiere ser una preparación para recibir en nuestro interior la Persona del Espíritu Santo. Respecto a esto último, alguno pudiera objetar o preguntarse, ¿no le he recibido ya en mi vida cristiana? En principio diremos que no nos referimos a eso. No obstante, hablaremos de ello más adelante.

Las lecturas de este Domingo, están llenas de referencias a la Persona del Espíritu. Vemos en el libro de los Hechos, a los Apóstoles comunicando mediante la imposición de las manos el Don del Espíritu. Junto con ello, la primera carta Pedro subraya la intervención del Espíritu en la resurrección de Cristo. Nos obstante y sin lugar a dudas, el texto más relevante lo constituye el Evangelio de san Juan, en el cual encontramos de labios de Jesús -en su discurso de despedida la noche de la última Cena-, ratificar la Promesa que Padre ya había hecho en tiempo atrás, enfatizando la importancia en recibirlo, y en el por qué es necesario recibirle.

Esta promesa del Espíritu ha de ser interpretada en todo su contexto, teniendo presente el pasaje de Juan 14, 15-21. En este sentido, debemos destacar que, tanto al inicio (v. 15) como al final (v. 21), se insiste en el tema de amar a Jesús. Este amor se traduce  y concreta en la búsqueda y realización de su voluntad, acogiendo con docilidad, todo cuanto nos ha dicho y revelado. Estos son los discípulos del Señor. Y son precisamente estos los que pueden recibir y disfrutar la promesa del Paráclito (cfr. Ez 36,26-27). Será Él quien estará siempre con los discípulos, para conducirlos e iluminarlos en la comprensión de toda la verdad revelada (cfr. Jn 16,12-15). Esto por supuesto, no implica la ausencia definitiva de Jesús. Nos referimos a una ausencia temporal…

Muchas otras cosas pudiéramos decir, sin embargo quisiera resaltar la importancia en ¡prepararse para recibir el Espíritu Santo! ¡Es importante aprovechar estos días y concientizarnos en la importancia que tiene tanto para el creyente como para el discípulo el recibirle. Saber para qué se recibe (las gracias, bendiciones, sabiduría, proclamación de Cristo vivo y resucitado).

Algunos se detienen y se confían pensando que ya lo han recibido y que  por lo tanto no hace falta más. No obstante, es un gravísimo error. Indistintamente la experiencia de fe o de crecimiento / camino espiritual, esto siempre será un error gravísimo que conduce al peor de todos los males y enfermedades espirituales: la tibieza espiritual. Dios no se agota; Él no tiene límites; por tanto, se puede y quiere dar sin medida.

Él puede traer a tu vida una atracción más profunda a Dios, porque suscita el descubrir esa hambre y sed profunda que de Él llevamos dentro. Por ello nos lleva a una vida de oración, imprimiendo en nosotros un deseo profundo de encontrar tiempo para estar a solas con el Señor y apartar algunos períodos para la ferviente oración. El colocará en tu interior un amor muy grande por la lectura asidua de la Escritura; te dará fortaleza para vivir la moral cristiana; facilidad para experimentar los frutos del Espíritu (Cfr. Gál 5); amor a la Santísima Virgen y al rezo del Santo Rosario; fuerza para dar testimonio de la fe; entrega generosa al servicio; amor a la Iglesia, a sus instituciones y al Papa; compromiso con Cristo y su Iglesia; luces extraordinarias para comprender el misterio de la salvación-redención, etc[1].

Si ya lo recibiste y le experimentaste, no te detengas, Él quiere y pude darte mucho más. Él quiere intensificar su presencia en tí.

Ánimo, y ¡recibe al Espíritu Santo!

Feliz Domingo!

P. Reinaldo Gámez

[1] Normalmente estas manifestaciones son evidentes mientras la persona se inserta  y persevera haciendo vida en una comunidad. Junto con lo anterior, la persona usualmente comienza a orar en lenguas, sobre todo si han orado por ella para recibir lo que se conoce como: Bautismo en el Espíritu.

1 comentario en “VI DOMINGO DE PASCUA”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *