DOMINGO DE RAMOS 2020

La victoria de la Cruz

P. Reinaldo Gámez

A lo largo de estas cinco semanas que el ciclo litúrgico de la Cuaresma nos ha permitido celebrar -estas últimas, desde nuestros hogares-, hemos  podido experimentar de un modo muy particular, la presencia del Señor que, como Padre amoroso, nos guía y sostiene, dándonos en medio de este desierto que ha sido la pandemia del corona virus, múltiples pruebas de su  ternura y amor.

La liturgia de hoy quiere introducirnos al inicio de la Semana Santa en el Misterio Pascual para el cual nos hemos preparado, me refiero más concretamente, al Santo Triduo Pascual (Cena del Señor: jueves en la tarde; Oficios de la Pasión del Señor: viernes en la tarde; Vigilia Pascual: sábado en la noche).

Contrasta por una parte, la alegría y el júbilo con la cual Jesús es aclamado al entrar en Jerusalén, resonando en este sentido las hermosas alabanzas: «¡Hosanna al Hijo de David!, ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!», y por otra, la dolorosa narración de la pasión y muerte del Señor. Ambas narraciones forman parte de un mismo y único mensaje. Quien entra en Jerusalén no es un rey cualquiera que entra en triunfante en la ciudad para celebrar la victoria sobre sus enemigos.

Quién entra en Jerusalén es el Mesías, el Ungido del Señor, el que salvará al pueblo de sus pecados y del yugo opresor de sus enemigos; y es esta la gloria y el reconocimiento que recibe por parte del pueblo. No obstante, el pueblo no se percata que que los enemigos que verdaderamente le oprime, no son los que lideran el Imperio Romano sino los enemigos del alma, los que impiden que nuestra relación con Dios sea una relación de de filiación y de comunión íntima.

Por ello, son tan iluminadoras y consoladoras las palabras de la lectura de la pasión que devotamente se nos invita a meditar desde nuestros hogares (Mateo 26,14-27,66), pues en ellas contemplamos a nuestro Rey y Señor cercano a cada uno de nosotros, asumiendo el dolor y el sufrimiento humano, pera también invitándonos comulgar con su entrega y sacrificio, así como a comulgar con los crucificados de este mundo…

Feliz Semana Santa!!!

P. Reinaldo Gámez

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