REFLEXIÓN PARA EL MARTES SANTO

En Ti Señor he puesto mi esperanza.

Diác. José Angel Guevara

Nos adentramos en la semana Mayor, una Semana Santa bastante atípica por la situación peculiar que vivimos, aun así, en estos días nuestra fe nos anima a poner la mirada en la pascua, el centro de nuestro credo, el paso de Jesús, que llega para compartir con nosotros también estos días difíciles. Cuando las noticias y los momentos actuales pueden muchas veces confundirnos y desanimarnos, contemplar a Jesús, hablar con Él, sin lugar a dudas nos ayudará a descubrir que no estamos solos, que Él nunca nos abandona, al contrario, Él que quiso compartir en todo nuestra condición humana, se hace más cercano en la prueba. Las Sagradas Escrituras son un testimonio vivo y eficaz de la cercanía de nuestro Señor de una manera peculiar con todos los que sufrimos, con todo el que se siente abatido.

En el Evangelio que la liturgia nos invita a meditar hoy (Jn 13, 21-38) se nos recuerda al señor profundamente conmovido ante la inminente entrega, ante la traición, ante la negación de los suyos; Jesús sigue amando, sigue sentándose a la mesa para darse, para amarnos, a pesar del dolor, a pesar de la ofensa, el permanece, dispuesto a seguir entregando todo. En nuestra tradición devocional de estos días, hoy martes santo, cargaríamos sobre nuestros hombros a “Jesús: Humildad y Paciencia” la imagen de un Jesús azotado, adolorido, pero sentado pensativo y con mirada paciente y serena, sin ninguna expresión de rabia ni rencor,  nos recuerdan virtudes de Jesús que hoy necesitamos imitar de una manera especial, hoy cobra un sentido distinto el refrán que dice: “la procesión va por dentro”, pues aunque extrañaremos llevar por nuestras calles en procesión esta imagen de Jesús, necesitamos llevar dentro de nuestro corazón la disposición de imitar estas virtudes de Jesús de Nazaret.

En este tiempo de cuarentena tomemos un momento para tomar sobre nosotros la humildad de Jesús que nos permita sacar del tiempo difícil una historia de salvación, examinar las enseñanzas que esta dura prueba puede dejarnos, y la paciencia, que convierta la tristeza y la angustia en una esperanza, una esperanza que no es ingenua, una esperanza que no defrauda, que es real, porque está construida en Jesús, Señor de la humildad y de la paciencia.

Él es el camino la verdad y la vida, y escucha siempre el clamor de los que lo invocan, Él se sentará a nuestra mesa, como hizo con sus discípulos y nos dará las gracias que necesitamos para proclamar siempre la grandeza de su amor que nos abraza y nos sostiene. ¡EN TI SEÑOR PONEMOS NUESTRA ESPERANZA! Amen.

2 comentarios en “REFLEXIÓN PARA EL MARTES SANTO”

  1. Bendito y alabado seas Señor , regálame el don de la humildad y la paciencia , y no me apartes nunca de tu lado , para que siempre sienta que no tengo que tener miedo porque Tú siempre estarás aquí conmigo

  2. Amén 🙏. Hermosa reflexión, en especial en donde señala que Jesús se sentará a la mesa con nosotros.
    Gracias a los sacerdotes y al diácono que nos han llevado y acompañado en esta Semana Santa en el camino espiritual que tanto necesitamos en esta dura prueba.
    Dios los bendiga.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *