Miércoles Ceniza

No es un disfraz es un revestirse de Cristo

El Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, un tiempo de 40 días de preparación espiritual para la Pascua. Más allá de un rito externo, la imposición de la ceniza tiene un profundo significado:

Un llamado a la conversión:

* La ceniza, hecha de las palmas bendecidas del Domingo de Ramos anterior, simboliza la fragilidad humana y la necesidad de arrepentimiento.

* Nos recuerda que somos polvo y al polvo volveremos, invitándonos a reflexionar sobre la fugacidad de la vida y la importancia de buscar a Dios.

* Es un llamado a abandonar el pecado y volver a Dios, a cambiar nuestro corazón y nuestra forma de vivir.

Un revestimiento de Cristo:

* Al recibir la ceniza en la frente, nos revestimos de Cristo, comprometiéndonos a seguir sus pasos y a vivir según el Evangelio.

* Es un acto de humildad y reconocimiento de nuestra dependencia de Dios.

* Nos invita a vivir la Cuaresma como un tiempo de encuentro con Cristo, a través de la oración, el ayuno y la limosna.

* El Miércoles de Ceniza no es un simple acto externo, sino un compromiso profundo con nuestra fe.

* No se trata de «disfrazarnos» de penitentes, sino de vivir una verdadera conversión interior.

* Es un tiempo para renovar nuestra relación con Dios y con los demás, para crecer en el amor y la misericordia.

Dios es bueno.

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