Principales Servicios y Actividades
Bienvenido a este espacio donde podrás encontrar los principales enlaces e información sobre nuestras actividades
Parroquia "San José de Chacao"
Página Web Oficial del Complejo Parroquial "San José de Chacao" – Arquidiócesis de Caracas
Bienvenido a este espacio donde podrás encontrar los principales enlaces e información sobre nuestras actividades
Hoy la Iglesia presenta en el libro del Deuteronomio que Dios por medio de Moisés anuncia que su Pueblo necesita que Él envíe otro profeta como Moisés. Esto nos lleva a pensar en cuatro características en el rol profético de Moisés, para identificar al profeta que necesitamos en todo tiempo y cultura: 1) prestó su servicio aún cuando no se sentía preparado, por ello buscó hacerlo con la humildad que aísla de la vanidad y la soberbia (Cf. Ex 3,11.16), 2) confiaba en Dios (Cf. Ex 4,2-4), 3) tuvo experiencias con Dios y luego las comunicó (Cf. Ex 33.18-23), 4) delegaba responsabilidades y por ello también confiaba en las personas (Cf. Ex 18,14-26.24,9-10; Num 11,16-17).
La necesidad de profetas la vemos también en el Salmo 94 de hoy cuando recitamos “Ojalá escuches hoy la voz del Señor” (Salm 94,8), porque ello nos lleva a dar “vítores a la Roca que nos salva” (Salm 94, 1). Es decir, necesitamos de personas que anuncien lo que dice Dios, con vocación de servicio aún conociendo sus insuficiencias, porque así reside en ellas la fuerza de Cristo (Cf. 2Co 12, 9), que confíen plenamente en Dios para mantenerse en la acción y la contemplación, que confíen en delegar funciones a otros (Mt 6,25. 28,20) y que digan lo que han vivido con Dios.
Quien tengan estas características puede vivir la plenitud de la vida, sin importar las circunstancias externas, tal como lo dice el apóstol San Pablo en la Primera Carta a los Corintios que lee hoy la Iglesia, en cuanto a que, por ejemplo, siendo soltero o casado lo importante es vivir sin preocupaciones, porque la gracia de Dios hace que vivamos su plan desarrollando lo que somos.
No cabe duda que, siendo Moisés quien más desarrolló estas características durante el Antiguo Testamento (Cf. Dt 34,10-12); Jesús perfecciona todas las cualidades de Moisés. Por eso la gente decía que “hablaba con autoridad” (Mc 1,22).
Por ello, hoy el Evangelio nos muestra que Nuestro Señor inicia sus curaciones un día sábado, para develar que la “nueva creación” comienza donde lo antiguo se había parado, y también para señalar que el Hijo de Dios no está sometido a la Ley sino que es superior a la Ley, que no destruye la Ley sino que le da plenitud (Mt 5,17). Esto hace justo que el Señor comience a realizar sus obras en sábado, para mostrar que tiene la autoridad de Creador, continuando la obra que Él mismo había comenzado antaño
En esa sinagoga todos reconocen la autoridad de Jesús, hasta los espíritus inmundos, cuando un hombre tomado por uno de ellos grita: “¿qué hay entre tú y nosotros?” Sin embargo, ¿Cuántos dicen: qué hay entre tú y nosotros? Es uno solo y habla en nombre de una multitud, porque al sentirse vencido por una autoridad discreta que nos es imponente sino llena de humildad, observa que habían sido vencidos todos sus compañeros, porque el demonio siempre es vencido con la autoridad dada por la humildad.
Ese espíritu inmundo luego dice “¿qué hay entre tú y nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a perdernos? Sé quién eres, el Santo de Dios”. Es decir, la presencia de Jesús lo obliga a decir la verdad, pero ¿No fue Moisés el santo de Dios?. Sin embargo, vemos que en Jesús hay con solo Señor que nos lleva a una sola fe (Ef 4,5-7) en Cristo que es el profeta perfecto por excelencia.
En medio de todo esto, nosotros estamos predestinados a ser como Cristo (C. Rm 8,29), por ello el bautismo nos lleva a ser parte de su Cuerpo, lo que implica que cada uno de nosotros también es un profeta, el profeta que necesita el mundo de hoy para que todos como Iglesia seamos sacramento de unidad de todo el género humano teniendo disponibilidad total al servicio en medio de nuestras insuficiencias, confiando plenamente en Dios, teniendo experiencias con Dios para comunicarlas y sabiendo también confiar en lo humano hasta delegar y dar responsabilidades.
Esto nos motiva a pedir a Nuestro Señor Jesucristo que nos conceda la gracia de su Espíritu para hacer de nosotros los profetas que Él quiere que seamos.
Diác. Thomas Chacón