Homilia de la Misa de la Esperanza

Este viernes 27 de noviembre en el Santuario de Nuestra Señora de la Candelaria fue celebrada la Misa de la Esperanza, la cual fue presidida por Mons. Tulio Ramírez, Obispo Auxiliar de Caracas, y contó con la participación de una representación de algunas parroquias de la zona central.

A continuación las palabras de la Homilía:

«Muy queridos hermanos Vicario Episcopal de Pastoral, Padre Armelim De Sousa, Padre Gerardino Barrachini, Vicario Episcopal de Santidad y Párroco de Candelaria y Santuario Diocesano de JGH, Padre Álvaro Salas, Sacerdote de Don Bosco y animador pastoral de la Zona Pastoral del Casco histórico de Caracas.

Hermanas religiosas con misión de asistencia a comunidades del Centro de Caracas.

Queridos fieles laicos de todas las parroquias aquí representadas.

Que alegría poder encontrarnos como hermanos, con nuestros hermanos sacerdotes de la zona pastoral acompañados con una representación de fieles de cada parroquia, que a su vez representan la presencia de los parroquianos, unidos como verdaderos hermanos en torno al pastor.

Esta iniciativa que comenzó hacer 3 años con la llegada a nuestra Arquidiócesis de Caracas, de su Eminencia el Cardenal Baltazar Porras, Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Caracas  y ahora, con mucho más razón en esta pandemia del Covid-19; la hemos querido seguir llevando adelante, la Primera edición con una nutrida participación de fieles, que congregados en la Iglesia del Buen Pastor de Bello Campo nos vinimos en procesión con cantos y oraciones hasta la Plaza Bolívar de Chacao, donde celebramos la Santa Misa dando así comienzo al tiempo de Adviento; la segunda en el Pórtico de la Iglesia Chiquinquirá, viniendo en procesión partiendo de la Iglesia de la Inmaculada del Recreo­; y esta tercera edición con 6 celebraciones de misas de la Esperanza, con la máxima representación de las zonas pastorales de nuestra Arquidiócesis de Caracas, aquí en la Iglesia de la Candelaria precisamente en el Santuario diocesano de JGH en la Candelaria, precedida de una peregrinación con José Gregorio Hernández, camino a la Beatificación y con acceso a poder venerar los restos de nuestro Siervo de Dios y cumpliendo además un hermoso deseo del Señor Cardenal Porras de poder bendecir las Imágenes de JÓSE GREGORIO que vamos a venerar en las respectivas parroquias.

En esta misa de esperanza, nuestra Iglesia de Caracas, está siendo una Iglesia en salida como nos pide Papa Francisco, manifestando con su presencia activa, que no está neutralizada, ni mucho menos paralizada, ni en estado de quietud…pues no. Somos una Iglesia viva y activa; unida y fraterna, que se une a las iniciativas de su pastor y acompaña en su caminar al laico por excelencia, que nunca se detuvo y que sigue caminando con sus hijos y hermanos en Venezuela y ahora más que nunca celebramos al hombre de Dios, que vivió para El, que nos ha dejado esa estela de santidad, gran bondad, de sumo bien.

Podemos decir ahora más que nunca y aquí en su santuario, que no se puede conocer a JGH sin dejarse inspirar por él, hacer el bien y rechazar el mal con todas las fuerzas de nuestra alma.

Todos estamos invitados a vivir la fe en torno a José Gregorio Hernández, el laico venezolano por excelencia, que vivió en grado heroico cada una de las virtudes cardinales y virtudes teologales.

Que bendición tan grande, nos ha dado Dios Nuestro Señor, conocer y profundizar un poco más a JGH, en pandemia, aprovechando al máximo este tiempo que no es para deprimirse, sino para participar,  en las distintas iniciativas que se  producen para dar a conocer a JGH, por medio de los  foro chat, La Ruta del Vble en su quinta edición virtual, biografía novelada de su vida transmitida por Radio María, por las redes sociales de la Arquidiócesis de Caracas, en diversas propuestas para conocerle y amarle de escuelas católicas, públicas y privadas,  de concurso de fotografías, cuadros e incluso concurso de realización de afiche propuesta para los jóvenes por la embajada de Francia en Venezuela, un país laico por excelencia, donde JGH, estudio en la universidad de la Sorbona, pudo codearse con los más grandes científicos de su momento,  adquiriendo los mejores conocimientos y más avanzados conocimientos científicos para traerlos a su país; de igual manera allá también rezó en la Catedral de Paris y en el Santuario de Sacre Cord.

Queridos hermanos y hermanas; para nosotros que hemos estado muy cercanos en los actos de exhumación e inhumación, bien físicamente o  por los medios de comunicación, hemos seguido este acontecimiento que sigue llenando de esperanza al pueblo de Dios, este es un requisito exigido por la Congregación para las Causas de los Santos antes de la Ceremonia  Solemne de Beatificación del Vble. Siervo de Dios, como lo anuncio el Señor Cardenal Porras, a celebrarse en la segunda quincena del mes de abril.

Muy queridos Hermanos y hermanas

Dios nos ha regalado este gran hombre con este dechado extraordinario de virtudes con El amor, al que él responde con la virtud de hacerse amar por su su trato amable, compasivo, caritativo y respetuoso. Siempre tuvo la mejor palabra para sus alumnos a quienes les exigía el compromiso de su profesión estudiar,  a los enfermos atendía como si fuera el mismo Cristo, ya que vivía su profesión como el ejercicio del sacerdocio.

En cuanto a la vivencia de la templanza y justicia, pueden apreciarse en su castidad, rectitud de carácter; honestidad y buena administración del tiempo. De esas virtudes cuanto tenemos que aprender, no sólo porque estamos en pandemia, sino siempre para que nos sirvan para la vida y su desarrollo humano de los unos para con los otros, entre todos entre sí, como nos lo pide el Papa Francisco en la Carta Encíclica Fratelli Tutti, del 4 de octubre del 2020, nos pide un dialogo social y de amor, que incluso abarque a los que no piensan igual que nosotros, que debemos encontrarnos con ellos, es el verdadero dialogo del amor y la caridad sincera.

La fortaleza y la prudencia, que se observan en la valentía y seguridad con la que manifiesta que cree en Dios y que fue él quien creó todo lo que existe, así como en lo medido de sus palabras.

Otras de las virtudes que destacamos en nuestro querido Siervo de Dios Vble. José Gregorio es la mansedumbre y humildad, y esto se manifiesta en la docilidad con la que acepta las disposiciones de sus superiores aunque estas contraríen su voluntad, y eso lo llena de paz. Esta es una virtud que mostró desde niño, ya que en su infancia deseaba ser abogado, pero su padre le aconsejó ser médico y él le hizo caso. De adulto, desea ser religioso, pero por consejo de sus superiores vive serenamente como laico.

La paz interior era una condición de la que disfrutaba y que atribuía a la santa religión que recibió de sus padres y era capaz de trasmitirla a su alrededor con su sola visita a un hogar, al mismo tiempo que traía consigo el alivio a la familia y consuelo a los enfermos. Oraba por la paz del mundo con tanta intensidad que llegó al punto de ofrecer su vida en holocausto por este fin. Lo que hizo de él un sencillo Cristo, por su amor a la humanidad.

Amaba a Dios con tal intensidad que anhela ir al cielo prontamente, esa era su esperanza, también deseaba encontrase con todos los suyos en el cielo para que su familia nunca más se volviera a separar. Decía que tenía la dulce y firme esperanza de morir en su santa religión.

De verdad que destacar a José Gregorio, como Médico de los pobres y gran modelo de vida ejemplar nos ayudan a entusiasmar como esta esperanza de luz que nos ilumina, el camino que nos lleva a Dios.

José Gregorio, su vida y sus profundas acciones nos dan paz, nos impulsan hacer el bien y dejarnos hacer el bien para llevarlo como ayuda eficaz a los demás siendo fraternos unos con otros característica  propia del venezolano.

JGH es nuestro querido modelo que nos une a todos, incluso a los que no creen pero se sienten atraídos por sus enseñanzas científicas e investigaciones de avanzada ciencia médica y su espíritu de sencillez, sabiduría y honestidad.

A él nos encomendamos para que sea quien construya puente que nos una, a unos y otros, a los del sur con los del centro y del este y oeste. Con los que no piensan como nosotros en la practica de la tolerancia de los unos con los otros y con los que no creen como nosotros.

Es JGH el hombre de Dios y ciencia, que reconstruya el pacto social por la paz en la Venezuela con pandemia del Covid-19  y post pandemia que atraviesa esta gran crisis socio económica, que tanto afecta al venezolano y que siempre estamos buscando culpables, pues no, cada uno debe asumir su parte y en la unión de todas las partes, encontraremos juntos la solución, mientras no hagamos eso, seguiremos  juzgando, buscando culpables sin percatarnos que la solución esta dentro de cada uno y que al descubrirla y sacarla estaremos venciendo en el amor.

JGH fue valiente, audaz y transparente. Fue amante de la familia, como buen andino siempre motivo la esperanza de ver su familia unida, ya de adulto logro que toda su familia se viniera a Caracas y aquí él vivía, muy cerca de sus hermanos y sobrinos.

JGH entre sus mayores logros se encuentra poder Iluminar el camino por él transitado y que trataba de ver más allá de la sociedad en que vivía. Como hombre de esperanza pide profecía para poder construir juntos ese camino sin muros y sin obstáculos.

JGH nunca se apartó del pensamiento crítico.

JGH es claramente un modelo a seguir, que como médico siempre se esforzó por continuar preparándose, como maestro y escritor lo hacía con pureza de lenguaje, con sintaxis elegante, de forma sencilla y lógica. Lo complicado lo hacía fácil de entender y de llevar a la práctica.

Jamás se desligó de la situación política-social y económica que vivía el país por más que tuviera dedicado a la ciencia, a escribir y haber viajado mucho. Amo muchísimo a su patria Venezuela por la que siempre opto en venir para radicarse y aportar todo lo que había recibido fuera.

Pidamos queridos hermanos y hermanas: que en esta misa de la esperanza, nos apoyemos unos con otros, que veamos hacia arriba, allá está el pequeño lucero que alumbra el camino hacia la realidad que se nos avecina.

Que la beatificación de JGH sea para todos un verdadero kairos de esperanza, un llamado a la conversión personal y social; y a poner por obra sus sentimientos, que fueron los mismos de Cristo, donde se allane el camino a la realización objetiva y operativa de una verdadera acción de todos por la paz que deseamos.

Que nuestra Madre y Reina de la paz, bajo la advocación de Nuestra Señor de Coromoto nos conceda las gracias más grandes de fidelidad a Jesucristo y la Iglesia de Caracas, donde ejercemos el ministerio de servicio a Cristo y a la Iglesia».

+Tulio Ramirez Padilla

Obispo Auxiliar de Caracas

Vice Postulador de la Causa de Beatificación y Canonización

Del Siervo de Dios Vble. JGH