II Domingo de Navidad

La Palabra se hizo carne

Este pasaje del evangelio de Juan es uno de los pasajes más profundos y bellos de la Biblia, que nos revela la identidad divina de Jesús. El escritor sagrado nos invita a reflexionar sobre:
 * El Verbo era Dios: Jesús no es simplemente un buen maestro o un profeta, sino la segunda persona de la Santísima Trinidad, consubstancial al Padre. Él es el creador de todas las cosas y la fuente de toda vida.
 * La Palabra se hizo carne: Esta es una afirmación sorprendente que nos habla de la encarnación de Dios. El Dios invisible se hizo visible en Jesús de Nazaret, tomando nuestra naturaleza humana para salvarnos.
 * La luz que ilumina a todo hombre: Jesús es la luz que disipa las tinieblas del pecado y la muerte. Su venida al mundo fue un acto de amor para que todos tuviéramos vida en abundancia.
 * La gracia y la verdad: A través de Jesús, recibimos la gracia de Dios, que nos capacita para vivir una vida nueva, y la verdad que nos libera de la mentira y el error.
¿Qué significa esto para nosotros hoy?
 * Reconocer a Jesús como Dios: Es fundamental creer en la divinidad de Jesús para experimentar la salvación.
 * Imitar a Cristo: Al conocer a Jesús más profundamente, somos llamados a seguir sus pasos y a vivir como Él vivió.
 * Compartir la Buena Nueva: Somos testigos de la luz de Cristo en el mundo y estamos llamados a compartir esta Buena Nueva con los demás.
Este evangelio nos invita a reflexionar sobre:
 * ¿Cómo me ayuda este pasaje a comprender mejor la identidad de Jesús?
 * ¿Qué significa para mí que Dios se haya hecho hombre?
 * ¿De qué manera la luz de Cristo ha iluminado mi vida?
 * ¿Cómo puedo compartir la Buena Nueva con los demás?
Este pasaje nos invita a profundizar en nuestra relación con Dios y a experimentar la transformación que solo Él puede traer a nuestras vidas.
Dios es bueno.

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