DOMINGO I DE ADVIENTO

Adviento tiempo de gracia: Un llamado a la vigilancia y la esperanza

Diac. Freddy Obregón

Adviento es un tiempo de gracia y esperanza para los cristianos. Es una invitación a volver nuestros corazones hacia Dios y a prepararnos para celebrar la venida de nuestro Salvador. En tal sentido las lecturas de este primer domingo de Adviento están dirigidas a la esperanza con alegría y no a la espera con miedo.

El pasaje de Lucas nos presenta un panorama de signos celestiales y terrestres que precederán a la venida del Hijo del Hombre. Jesús advierte a sus discípulos sobre la necesidad de estar alerta y preparados, pues estos acontecimientos serán señales inequívocas de que el fin está cerca.

¿Qué podemos extraer de este pasaje?

* La inminencia del Reino de Dios: Jesús nos invita a mantener viva la esperanza en su regreso glorioso. Aunque los tiempos son inciertos, la promesa de su venida es una fuente constante de consuelo y fortaleza.

* La importancia de la vigilancia: Los discípulos deben estar siempre atentos a los signos de los tiempos y a la obra del Espíritu Santo en sus vidas. La vigilancia no es sinónimo de miedo, sino de una confianza activa en Dios.

* La necesidad de orar continuamente: La oración es el arma más poderosa que tenemos como cristianos. Al orar, nos conectamos con Dios y recibimos la fuerza necesaria para enfrentar los desafíos de la vida.

* El peligro de la mundanalidad: Jesús advierte sobre los peligros de dejarse llevar por las preocupaciones del mundo, como las riquezas, los placeres y los afanes cotidianos. Estos pueden nublar nuestra visión espiritual y alejarnos de Dios.

¿Cómo podemos aplicar este pasaje a nuestra vida diaria?

* Cultivar la esperanza: A pesar de las dificultades y los desafíos, debemos mantener viva la esperanza en la promesa de la salvación.

* Fortalecer nuestra vida de oración: Dedicar tiempo diario a la oración personal y comunitaria nos ayudará a crecer en nuestra relación con Dios.

* Vivir en santidad: Buscar la santidad en todas las acciones de nuestra vida, tratando de imitar a Cristo en nuestro pensar, hablar y actuar.

* Compartir el Evangelio: Anunciar las buenas nuevas de salvación a quienes nos rodean es una forma de participar en la misión de la Iglesia.

El escritor sagrado nos invita a vivir una vida centrada en Dios, marcada por la esperanza, la oración y la vigilancia. Al hacerlo, estaremos preparados para el día en que el Señor vuelva en gloria.

Dios es bueno.

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