Domingo de Pascua. ¿Quién nos moverá la piedra del sepulcro?

Diácono Thomas Chacón

Ayer en la Vigilia Pascual, el Papa Francisco meditó sobre el significado de las piedras de la muerte que oprimen nuestras almas. Para ello toma en cuenta el relato del Evangelio sobre la vistia de las mujeres que van a la tumba de Jesús, la cual sostiene el Papa que estaba nublada por las lágrimas del Viernes Santo y por ello se encuentran inmovilizadas por el dolor, con la sensación de que se ha terminado todo, y que la obra de Jesús ha sido sellada con una piedra. Por ello, se preguntan: “¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro” (Mc 16,3), pero cuando llegan al lugar, sin embargo, la fuerza sorprendente de la Pascua las impacta: “al mirar, que la piedra había sido corrida, la piedra que era muy grande” (Mc 16,4)?

Las mujeres que se preguntan sobre la piedra representan a todos los cristianos que experimentamos miedo y duda ante las dificultades de la vida. La resurrección de Jesús nos da la esperanza y la fuerza para superar estos obstáculos; nuestro gran desafío es creer que Jesús puede hacer sendas donde creemos que no hay, porque esa piedra grande y pesada, es símbolo del poder de Dios que supera todas las expectativas humanas. La resurrección de Jesús es una demostración de su omnipotencia que nos invita a confiar en Él, a pesar de que solo tengamos conocimiento de que una piedra obstaculiza nuestro camino, Jesús tiene poder para abrir caminos mientras confiemos en Él y con esperanza sigamos buscando oportunidades.

De esta manera, se deja de ver y pensar en “la piedra” que representa el miedo al futuro, la incertidumbre y la desesperanza, para ver y pensar solo en la resurrección de Jesús que nos invita a tener fe y/o confianza en Dios, incluso en los momentos más difíciles. Dejemos que el Evangelio nos haga ver que “la piedra” simboliza la incredulidad y la dureza de corazón, pero la resurrección de Jesús vence estas barreras y permite que la fe florezca.

Preguntarnos sobre “la piedra” nos invita a reflexionar sobre nuestra propia fe y a superar las dudas y el miedo, que, de acuerdo al testimonio de las mujeres del evangelio, esas dudas y miedos no se superan solo. Así lo demostraron las mujeres al dirigirse al sepulcro juntas; representando la importancia de la comunidad cristiana en la vivencia de la fe.

Esta vivencia en comunidad hizo que las mujeres, a pesar de la incertidumbre, no dudaran en ir al sepulcro, por ello también pudiéramos pensar que más que falta de fe, tenían un deseo ardiente de ver a Jesús, el cual creían que estaba obstaculizado por una piedra, pero el deseo ardiente no tenía ese obstáculo, porque Jesús esta al alance de todos; solo tenemos que creerlo aún cuando las circunstancias indiquen lo contrario.

El anhelo ardiente de esta comunidad de mujeres, hizo que desafiaran el peligro y la oscuridad para ungir el cuerpo de Jesús, mostrando su valentía y fidelidad. Razón por la cual, su acción simboliza la fidelidad a la Iglesia a Cristo, incluso en la oscuridad del Viernes Santo.

Que la búsqueda de estas mujeres sea un modelo para la búsqueda espiritual de nosotros los cristianos, para que en la vida, a pesar de los lamentos, tomemos la acción para buscar a Jesús; y que la experiencia de estas mujeres experiencia nos recuerde siempre que la fe puede superar la tristeza y la muerte, que la fe nos puede llevar a darnos cuenta que las piedras que nos interrumpe el paso, pueden ser quitadas del camino.

Para las mujeres y para los Apóstoles la “piedra movida” abre el camino que lleva al encuentro con el Resucitado, esto hace que cualquier percepción aún tímida e incierta se convierta en fe en Aquel que “verdaderamente ha resucitado”. Esto nos demuestra que no se comienza a creer al aceptar una doctrina, sino tras el encuentro con una Persona, con Cristo resucitado

Nuestro desafío no está en pensar ¿quién nos moverá la piedra que obstaculiza el camino que nos lleva al encuentro con Cristo? Sino en saber que nuestra búsqueda siempre nos llevará a un encuentro con Jesús el Resucitado, quien es el “mismo camino” que nos da vida y nos lleva de la verdad de encontrar el gozo por la vida y de comunicarla.

Felices pascuas de resurrección.

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