DOMINGO III DE ADVIENTO

Hermanos y hermanas en Cristo, hoy nos encontramos ante un pasaje del Evangelio de San Lucas que nos invita a la reflexión profunda y a la acción. Las palabras de Juan el Bautista resuenan con fuerza en nuestros oídos, instándonos a preparar nuestros corazones para la venida del Señor.

Juan surge como una figura profética, que con su llamado al arrepentimiento y al bautismo, prepara el camino para la llegada del Mesías. Su mensaje es claro y contundente: la conversión es necesaria. El bautismo con agua, administrado por Juan, es un símbolo de purificación y renovación. Nos invita a despojarnos de todo aquello que nos aleja de Dios y a abrir nuestros corazones a su gracia. Anuncia la llegada de Aquel que bautizará con Espíritu Santo y fuego. Jesús, el Mesías, traerá una renovación radical, una transformación profunda de nuestros corazones.

La justicia social, fruto de la conversión, Juan no solo invita al arrepentimiento individual, sino también a la justicia social. Exhorta a compartir con los necesitados, a ser honestos en nuestras relaciones y a vivir según los mandamientos de Dios.

La imagen del bieldo y la separación del trigo de la paja nos recuerda la necesidad de estar siempre preparados para el encuentro con el Señor. Nuestras acciones en esta vida determinarán nuestro destino eterno.

¿Cómo lo podemos aplicar a nuestra vida?

* Examen de conciencia: ¿Cómo respondo yo al llamado de Juan el Bautista? ¿Estoy dispuesto a cambiar mi vida?

* Obras de misericordia: ¿Cómo puedo poner en práctica las obras de misericordia en mi vida cotidiana?

* Esperanza en el futuro: A pesar de las dificultades, la venida del Señor nos llena de esperanza.

* Comunidad: La conversión es un camino que se recorre juntos, en comunidad.

Hermanos y hermanas, en este tiempo de Adviento, somos invitados a renovar nuestra fe y a prepararnos para la venida del Señor. Que el ejemplo de Juan el Bautista nos inspire a vivir una vida más auténtica y comprometida con el Evangelio. Que la esperanza en la venida del Mesías nos impulse a seguir adelante, a pesar de las dificultades. Amén.

Dios es bueno.

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