DOMINGO VI DEL TIEMPO ORDINARIO, Ciclo C

La Oración de Jesús: Un Ejemplo para Nosotros

Antes de tomar una decisión tan trascendental como elegir a sus apóstoles, Jesús se retira a orar durante toda la noche. Este acto nos revela la profunda conexión que Jesús tenía con su Padre y la importancia que le daba a la oración. No era simplemente una formalidad, sino un diálogo íntimo y sincero donde buscaba guía y fortaleza.

Este ejemplo nos invita a reflexionar sobre nuestra propia vida de oración. ¿Acudimos a Dios en los momentos importantes? ¿Buscamos su voluntad antes de tomar decisiones? La oración no es solo pedir, sino también escuchar, agradecer y fortalecer nuestra relación con Dios.

Jesús elige a doce hombres de diferentes orígenes y trasfondos para ser sus apóstoles. Algunos eran pescadores, otros eran recaudadores de impuestos, y algunos más eran simplemente personas del pueblo. Esta diversidad nos muestra que Jesús no busca personas perfectas o con habilidades especiales, sino personas dispuestas a seguirlo y a servir a los demás.

La elección de los Doce también nos recuerda que la Iglesia está formada por personas diversas, con diferentes dones y talentos, pero unidas por la fe en Cristo. La diversidad es una riqueza que nos complementa y nos enriquece mutuamente.

El Sermón de la Montaña es el corazón de las enseñanzas de Jesús. En él, Jesús nos revela el camino hacia la verdadera felicidad y nos invita a vivir de acuerdo con los valores del Reino de Dios. Las Bienaventuranzas no son solo promesas, sino también un llamado a la acción. Nos invitan a ser pobres de espíritu, a tener hambre y sed de justicia, a ser misericordiosos, a buscar la paz.

Las Bienaventuranzas son un camino de transformación personal y social. Nos invitan a cambiar nuestra forma de pensar y de vivir, a poner a Dios en primer lugar, a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos, a perdonar, a buscar la justicia y la paz.

Los Ayes son una advertencia contra la complacencia y el conformismo. Jesús nos advierte que la riqueza, la fama y el poder no son el camino hacia la verdadera felicidad. Estas cosas pueden ser un obstáculo para nuestro encuentro con Dios y para nuestro servicio a los demás.

Ante estás advertencias Jesús nos hace un llamado a reflexionar ¿Estamos buscando la felicidad en las cosas materiales o en Dios? ¿Estamos viviendo para nosotros mismos o para los demás?

El Evangelio de Lucas nos invita a seguir a Jesús en su camino de amor y servicio. Nos invita a orar, a elegir a Dios en primer lugar en nuestra vida, a vivir de acuerdo con los valores del Reino de Dios y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Al seguir este camino, encontraremos la verdadera felicidad que Jesús nos ofrece.

Dios es bueno.

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