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Parroquia "San José de Chacao"
Página Web Oficial del Complejo Parroquial "San José de Chacao" – Arquidiócesis de Caracas
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Diacono Freddy Obregón
«Porque todos han echado de lo que les sobra; mas ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su alimento» (Marcos 12, 44).
Hoy nos encontramos ante un relato conmovedor y desafiante. Jesús, en su sabiduría infinita, nos presenta un contraste agudo entre la hipocresía religiosa y la sinceridad de un corazón entregado. Los escribas, líderes religiosos de su tiempo, eran admirados y respetados. Ocupaban puestos de honor y ostentaban un gran poder. Sin embargo, Jesús los desenmascara, revelando su amor por el dinero y el poder, y su falta de verdadera devoción.
Por otro lado, encontramos a una viuda pobre, una mujer sencilla y anónima. Ella, a diferencia de los escribas, no tiene nada que ofrecer más que su pobreza. Sin embargo, es precisamente en su humildad y desprendimiento donde encontramos la verdadera ofrenda.
¿Qué nos enseña este relato de las sagradas escrituras?
* La hipocresía no engaña a Dios: Dios ve más allá de las apariencias. Valora la sinceridad del corazón por encima de los actos externos.
* La verdadera ofrenda es un acto de amor: La viuda no da por obligación, sino por amor. Su ofrenda es un testimonio de su fe y confianza en Dios.
* Darlo todo es más que dar mucho: No se trata de la cantidad, sino de la calidad de nuestra ofrenda. Darlo todo, aunque sea poco, es un acto de generosidad que conmueve a Dios.
Ante todo esto queridos hermanos bien podemos preguntarnos: ¿Qué me impide dar más de mí mismo? ¿Cómo puedo cultivar una actitud más generosa? ¿Qué pasos concretos puedo dar para poner en práctica esta enseñanza?
¿Cómo podemos aplicar esto a nuestra vida?
* Examinemos nuestro corazón: ¿Somos sinceros en nuestra fe? ¿Nuestros actos están motivados por el amor a Dios y al prójimo?
* Prioricemos lo esencial: ¿Qué lugar ocupan el dinero y los bienes materiales en nuestra vida? ¿Estamos dispuestos a compartirlos con los más necesitados?
* Cultivemos la gratitud: ¿Agradecemos los dones que Dios nos ha dado? ¿Los utilizamos para servir a los demás?
La figura de la viuda pobre nos invita a reflexionar sobre el verdadero sentido de la ofrenda. Nos recuerda que lo más importante no es lo que damos, sino el corazón con el que lo damos. Que seamos como ella, dispuestos a darlo todo por amor a Dios y al prójimo.
La ofrenda verdadera no se mide por la cantidad, sino por el amor y el desprendimiento. Al igual que la viuda, estamos llamados a dar lo mejor de nosotros mismos, sin importar nuestras circunstancias.
Dios es bueno