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Parroquia "San José de Chacao"
Página Web Oficial del Complejo Parroquial "San José de Chacao" – Arquidiócesis de Caracas
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Con alegría iniciamos el mes de junio, mes dedicado al Sagrado Corazón de Jesús; una devoción que ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese corazón nació la Iglesia, y por ese corazòn se abrieron las puertas del cielo.
El 16 de junio de 1675, Jesús se le apareció a Santa Margarita María de Alacoque, y le mostró su corazón rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y del interior del mismo salía una cruz.
Santa Margarita escuchó al Señor decir: “He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres recibo ingratitud, irreverencia y desprecio”. Jesús le pidió a santa Margarita, que la fiesta de su Sagrado Corazón se celebre cada año el viernes siguiente a Corpus Christi, en preparación por la ingratitud de los hombres ante su sacrificio redentor en la Cruz.
La reflexión pasada recordabamos las palabras de Santo Tomás de Aquino: “La Santidad es un secreto: el secreto de mucho amar”. Se alcanza la santidad amando, amando sin medida. Sólo el que ama a Dios por encima de todas las cosas busca agradarle en todo momento, el que ama hace todo con amor y por amor. En ese sentido, el Corazón de Jesús debe ser el santificador y consumador de nuestros corazones con los santos incendios de su puro amor.
Debemos amarle con todas nuestras fuerzas; hemos de santificarnos a toda costa; y puesto que Él es Santo, santos hemos nosotros de ser. Y dice Santa Margarita Marìa de Alacoque: “Y si para ser santos sólo hay que amarle, ¿Por qué no ardemos sin cesar en la ardiente hoguera de su puro amor el cual nos purificará y juntamente nos santificará”. Debemos amar y dejarle obrar. Amemos al amor de nuestras almas, que primero nos amó, y nos ama todavía con tanta caridad, que se abrasa continuamente en el Santísimo Sacramento. Basta amar al Santo de los santos, para llegar a ser santos. Èl quiere ser amado sin reservas, quiere poseerlo todo sin excepción, quiere obrar en nosotros sin resistencia de nuestra parte, Él lo quiere todo o nada, Él tendrá cuidado de santificarnos al paso que cuidemos nosotros de glorificarle. Siempre y en todo lugar recuerda que “Jesús nos mira, nos ama y nos espera.” (Papa Francisco).
Esta devoción al Sagrado Corazón de Jesús nos mueve a demostrarle a Él , a través de las obras, cuanto se le ama, correspondiendo a su gran amor demostrado al entregarse a la muerte por sus hijos, quedándose en la Eucaristía y enseñando el camino a la vida eterna; por eso le veneramos, le honramos y buscamos ante todo imitar más intensamente el amor generoso y fiel que tiene por todas las personas.
Esta correspondencia de amor la demostraron los santos quienes siempre trataban a través de sus obras, palabras e incluso el mismo sufrimiento unirse cada vez más a Jesús. Muchos tuvieron especial devoción por el Sagrado Corazón de Jesús, y es por eso que durante este mes dejaremos que Dios siga hablando a nuestros corazones a través del testimonio de algunos de ellos en cuanto a su especial devoción al Sagrado Corazón de Jesús.
Laura Pastrán