NOVENA AL ESPÍRITU SANTO. Primer día: Dios no abandona al hombre pecador

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

Oh, Espíritu Santísimo y digno de adoración,
hazme entender tu dulce y amable voz.
Quiero estar ante ti como una pluma ligera,
para que tu aliento me lleve a donde quiera
y yo no le oponga jamás la más mínima resistencia.

(P. François Libermann)
 

INTRODUCCIÓN A LA PALABRA DE DIOS

Que el Espíritu Santo nos haga comprender y gustar la Palabra de Dios. Hoy vamos a leer el capítulo 3 del Génesis. Tomemos consciencia de que la humanidad está separada de Dios y que ya no está en comunión con él. Pero, mientras la abandonaba a sí misma, Dios le prometió un porvenir bienaventurado: volver a él.


LA PALABRA DE DIOS (Gen 3)

La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yahvé Dios había hecho. Y dijo a la mujer: “¿Cómo es que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?”. Respondió la mujer a la serpiente: “Podemos comer del fruto de los árboles del jardín. Mas del fruto del árbol que está en medio del jardín, ha dicho Dios: No coman de él, ni lo toquen, so pena de muerte”. Replicó la serpiente a la mujer: “De ninguna manera morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comieren de él, se les abrirán los ojos y serán como dioses, conocedores del bien y del mal”. Y como viera la mujer que el árbol era bueno para comer, apetecible a la vista y excelente para lograr sabiduría, tomó de su fruto y comió, y dio también a su marido, que igualmente comió. Entonces se les abrieron a entrambos los ojos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y, cosiendo hojas de higuera, se hicieron unos ceñidores.

Oyeron luego el ruido de los pasos de Yahvé Dios que se paseaba por el jardín a la hora de la brisa, y el hombre y su mujer se ocultaron de la vista de Yahvé Dios por entre los árboles del jardín. Yahvé Dios llamó al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?”. Éste contestó: “Te he oído andar por el jardín y he tenido miedo, porque estoy desnudo; por eso me he escondido”. Él replicó: “¿Quién te ha hecho ver que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol del que te prohibí comer?”. Dijo el hombre: “La mujer que me diste por compañera me dio del árbol y comí”. Dijo, pues, Yahvé Dios a la mujer: “¿Por qué lo has hecho?”. Contestó la mujer: “La serpiente me sedujo, y comí”. Entonces Yahvé Dios dijo a la serpiente:

Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Sobre tu vientre caminarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: él te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar.


MEDITACIÓN

En el pasaje del libro del Génesis, vemos que nuestros primeros padres están en una situación de ruptura con Dios. Se esconden. Temen encontrarse con Dios, su creador. Dios sanciona su trasgresión, pero deja una puerta abierta a un futuro bienaventurado: le dice a la Serpiente que los tentó: «Enemistad pondré entre ti y la mujer, entre tu linaje y su linaje: ella te pisará la cabeza mientras acechas tú su calcañar”. En la traducción hecha por san Jerónimo y que ha sido la traducción oficial de la Iglesia durante más de mil años (la Vulgata), incluso se lee: «Pondré hostilidad entre ti (serpiente) y la mujer y ella te aplastará la cabeza y tú apuntarás a su calcañar». Así, desde el libro del Génesis, se anuncia la victoria sobre el mal y esta llegará por la Mujer que la Iglesia no duda en identificar con María. Habiendo venido por la Serpiente la derrota de la humanidad, es decir, por el espíritu del mal, la vuelta a Dios tendrá lugar gracias al Espíritu Santo.


SILENCIO DE LA COMUNIÓN CON DIOS

Habla, Señor, que tu siervo escucha. Explícame los secretos de la vida.


ORACIÓN A MARÍA – (Didier Rimaud, SJ)

1. Una mujer de la cual no se dijo nada,
si no es que estaba prometida.
Y un ángel vino a anunciarle:
«Aquí estás tú entre todas las elegidas».

R/ Hoy la tierra y el paraíso
la proclaman bienaventurada y bendecida:
¡Bendita Virgen María!

2. Una mujer de la cual no se dijo nada,
si no es que había dado a luz
a un niño en el país de Judea.
Los pastores contaron su historia. R/

3. Una mujer de la cual no se dijo nada,
si no es que durante tres días buscó
a su hijo que parecía haberla olvidado,
y su corazón no había entendido nada. R/

4. Una mujer de la cual no se dijo nada,
si no es que estaba en Caná.
Para las nupcias Jesús transformó
el agua en vino y pudieron creer en él. R/

5. Una mujer de la cual no se dijo nada,
tan solo se habló de que estaba presente ante la cruz,
cuando su Hijo extendía sus dos brazos
para morir en medio de dos malhechores. R/

6. Una mujer de la cual no se dijo nada,
si no es que estaba en oración con aquellos
que fueron encendidos con lenguas de fuego,
bautizados con un bautismo en el Espíritu. R/


ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO – (K 158 – Scouarnec M. – Akepsimas J.)

1. Dios, que nos llamas a vivir
los combates de la libertad,
para romper nuestras cadenas,
¡realiza en nosotros lo que prometes!
Para romper nuestras cadenas,
¡haz que el Espíritu habite en nosotros!

2. Dios, que nos enseñas a vivir
los caminos de la verdad
para dignificar el día,
¡realiza en nosotros lo que prometes!
Para dignificar el día,
¡haz que el Espíritu habite en nosotros!

3. Dios, que nos invitas a seguir
la luz del Resucitado,
para atravesar la muerte,
¡realiza en nosotros lo que prometes!
Para atravesar la muerte,
¡haz que el Espíritu habite en nosotros!

4. Dios, que has abierto el libro
donde está escrita nuestra dignidad,
para estar de pie,
¡realiza en nosotros lo que prometes!
Para estar de pie,
¡haz que el Espíritu habite en nosotros!


Oremos por la Iglesia, por el mundo, por nuestros conocidos y por nosotros mismos:

(Intenciones libres)

Padrenuestro, Avemaría y Gloria


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