Principales Servicios y Actividades
Bienvenido a este espacio donde podrás encontrar los principales enlaces e información sobre nuestras actividades
Parroquia "San José de Chacao"
Página Web Oficial del Complejo Parroquial "San José de Chacao" – Arquidiócesis de Caracas
Bienvenido a este espacio donde podrás encontrar los principales enlaces e información sobre nuestras actividades
El 29 de mayo de 1933, un joven estudiante de Arquitectura acudió por primera vez a conversar con san Josemaría. Se llamaba Ricardo Fernández Vallespín. Muchos años después, recordaba: «El Padre me habló de las cosas del alma…; me aconsejó, me animó a ser mejor… Recuerdo perfectamente, con una memoria visual, que antes de despedirme, el Padre se levantó, fue a una librería, cogió un libro que estaba usado por él y en la primera página puso, a modo de dedicatoria, estas tres frases: «¡Que busques a Cristo! ¡Que encuentres a Cristo! ¡Que ames a Cristo!»[i]. En aquella conversación, también san Josemaría quiso empezar por lo más importante: el encuentro personal con el Señor.
El apóstol Juan se puso a buscar a Cristo, aun sin saber exactamente a quién buscaba. Sí sabía que buscaba algo que llenara su corazón. Tenía sed de una vida plena. No le parecía suficiente vivir para trabajar, para ganar dinero, para hacer lo mismo que todos… sin ver más allá del horizonte de su pequeña comarca. Tenía un corazón inquieto, y quería saciar esa inquietud. Por eso fue tras el Bautista. Y fue precisamente estando con él cuando Jesús pasó por su lado. El Bautista le indicó: «Este es el Cordero de Dios»; y él y su amigo Andrés, «al oírle hablar así, siguieron a Jesús» (Jn 1,36-37).
¿Qué podemos hacer nosotros para seguir los pasos del joven apóstol? Primero, escuchar nuestro corazón inquieto. Hacerle caso cuando se muestre insatisfecho, cuando no le baste una vida mundana, cuando desee algo más que las cosas y las satisfacciones de la tierra. Y acercarnos a Jesús. De hecho, tal vez lo hemos tenido, en cierto sentido, más fácil que Juan. Muchas personas nos han indicado ya dónde está Jesús: «aprendimos a invocar a Dios desde la infancia, de los labios de unos padres cristianos; más adelante, maestros, compañeros, conocidos, nos han ayudado de mil maneras a no perder de vista a Jesucristo»[ii]. Por eso, lo que podemos hacer ahora es buscarle: «Buscadlo con hambre, buscadlo en vosotros mismos con todas vuestras fuerzas. Si obráis con este empeño, me atrevo a garantizar que ya lo habéis encontrado, y que habéis comenzado a tratarlo y a amarlo, y a tener vuestra conversación en los cielos»[iii].
Meditación tomada del libro de Borja de León (ed), titulado: Algo grande y que sea amor. La vocación cristiana: encuentro, respuesta, fidelidad. Fundación Studium, 2020. Borja de León, es un Sacerdote, doctor en Filosofía, que desarrolla su labor pastoral con familias y es capellán de un colegio de Madrid.
[i] San Josemaría, Camino, edición crítico-histórica, comentario al n. 382.
[ii] San Josemaría, Es Cristo que pasa, n. 1.
[iii] San Josemaría, Amigos de Dios, n. 300.