LA IGLESIA QUE CRISTO FUNDÓ (2da parte)

ENCUENTROS DE FORMACIÓN CATÓLICA

El tema de hoy es: La Iglesia que Cristo fundó (2da parte)

Continuemos con el tema: ¿Por qué formarnos en la Fe?

Hablemos un poco sobre nuestro encuentro pasado y recordamos que Jesús enseñó a los discípulos y los mandó a ir a todo el mundo a llevar lo que habían aprendido, que llevasen la “Nueva Buena” -que es el Evangelio- a todas las naciones.

También escuchamos qué pasaba cuando llegamos con la palabra de Jesús. Donde muchas veces somos rechazados, burlados, ignorados o perseguidos, pero esto nos debe llenar de valor para continuar lo encomendado, porque el mismo Jesús está en compañía de nosotros en este maravilloso encargo.

En esta segunda parte, nos toca ahora leer lo que nos dice el evangelista Marcos 6,34. Te invito a buscarlo en tu biblia para que vuelvas al escrito al terminar esta reflexión.

Leemos:

“Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.”

Aquí vemos una actitud muy hermosa de aquel que es “pastor” de ovejas, o usando un lenguaje más común a todos, un guía o maestro de otros.

Como es nuestra costumbre, analicemos este pequeño versículo.

  1. Observamos a Jesús que “ve” a una gran muchedumbre. Esta acción de “ver” es activa, es decir, está atento a lo que necesita esa gente que le está esperando, que está necesitada de algo. Jesús sale a su encuentro. Muchas veces veremos en nuestra vida de Fe, que las personas que “vemos” a donde llegamos tienen “sed y hambre” pero de lo espiritual y no necesariamente de lo material. Aquí se aplica muy bien el dicho muy común del Papa Francisco “salir a las periferias”. Pues bien, Jesús siempre sale en nuestra búsqueda, y va justamente a nuestras las periferias existenciales a buscarnos, sea él en persona como el relato, o por medio de todos los que hacemos evangelización.
  1. “Jesús se compadeció de ella” dicho textualmente. Esta bella actitud de Jesús nos lleva a entender que Dios mismo se compadece de las dificultades, que nosotros los humanos padecemos por no conocer la palabra de Dios o por apartarnos de lo mandado y queriendo seguir nuestros apetitos desordenados. Analizando la conducta de la oveja como animal de pastoreo, ella necesita del pastor para sobrevivir, ya que, si no está bajo supervisión constante, no irá en búsqueda de nuevos pastos o de agua fresca, ella -la oveja- debe ser llevada.

También podrá quedar atascada entre matorrales por culpa de su pelaje, lo cual el pastor usa su cayado para poder rescatarla o disciplinarla. El pastor también la defiende del peligro cuando es acechada o atacada por los lobos.

Ella es mansa y no atacará a nadie ya que no es un animal violento, en el peor de los casos, tratará de huir. Vemos entonces el peligro que corren unas ovejas sin un pastor que las cuide.

Terminamos con la labor y el resultado es el compadecerse de las personas que vio. Se quedó con ellos y les enseño por un largo rato. Justamente es y debe ser la conducta de nuestros sacerdotes, religiosos, catequistas, evangelizadores o de cualquier laico común, que desee llevar la palabra de Dios a todas las personas.

Debe imperar en esa persona el deseo de quedarse y enseñar al otro, con todo lo que ha aprendido en el desarrollo de su fe -cosa muy deseable- y para eso son estos encuentros. También -y muy importante esto- ser un cristiano ejemplar.

En una ocasión leí en el estado de las redes sociales de nuestro párroco, este mensaje de mucho valor y que les comparto. Palabras más palabras menos: “..quizás el único evangelio que otros verán, serás tú..”

Analizando esas líneas, vemos que el mensaje es claro para todo tipo de persona.

Si vivimos nuestra Fe como Jesús enseño, no haría falta ningún título universitario, ni años de teología, o de estudios de biblia, etc. ya que todo lo que hagamos, será al modo de Jesús. Por tanto, actuaríamos como verdaderos cristianos a su imitación. Recuerden, se nos tiene que notar que somos cristianos, que creemos en Jesús y seguimos TODO lo que el enseño.

Complementamos este tema con una última lectura, leemos el Evangelio de Juan 8, 28 -32. Nuevamente, Busca tu biblia y sígueme con tu lectura.

Leemos:

“Después les dijo: «Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó.

El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada».  Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.

Jesús dijo a aquellos judíos que habían creído en él: «Si ustedes permanecen fieles a mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos: conocerán la verdad y la verdad los hará libres.”

Analicemos el texto y descubramos que nos quiere decir el Evangelio.

  1. Jesús anuncia un hecho ya profetizado en Zacarias 12,10 pero poco comprensible aun, ya que anunciaba que sería crucificado, pero a lo que se refiere nuestro tema, es que dice: que él enseño lo que recibió del Padre. Nos queda claro entonces que la enseñanza recibida se acepta en su totalidad de quien tiene el conocimiento y autoridad, y que a su a vez se transmite. Te invito a hacer un ejercicio mental los que son papá o mamá: pensemos cuantas cosas le enseñamos a nuestros hijos y qué de todo eso lo recibimos de nuestros padres o abuelos. Recordemos cuantas cosas relacionadas a la Fe, a la moral o buenas costumbres que hoy son nuestra realidad, las recibimos de nuestros padres, maestros, abuelos, etc. La enseñanza debe existir y si es la correcta, mucho mejor ya que se valora y se transmite.
  2. El enviado no está solo, está acompañado. Escuchamos en el audio anterior que Jesús estaría con los apóstoles en su envío y aquí vemos a Jesús acompañado del Padre durante su tarea de llevar lo recibido del Padre. Esto lo hace con agrado, porque sabe que agrada al Padre, como nos debe también a nosotros agradar, cuando salgamos a Evangelizar y llevemos el mensaje de Jesús. Imagínense ustedes hablar con alegría de las maravillas de Jesús con cara de funeral.
  3. Cuando Jesús hablaba, llevando lo recibido por el Padre, muchos creían en él y le seguían. Así nos debe pasar a nosotros que después de creer en Jesús, como producto de haber recibido la enseñanza, le sigamos. Debe existir esa acción permanente en nuestra vida y no solo temporal, producto de las emociones.
  4. Aquí hermosamente cierra Jesús diciéndole a quienes, habiéndole creído y seguido, si perseveran siendo fieles a su palabra, serán contados como discípulos, conocerán la verdad (que sabemos que es Jesús) y seremos libres.

Vemos entonces que seremos contados como “verdaderos” discípulos. Esto es muy importante, ya que no es discipulado de la “boca para afuera”, o como un título comprado o heredado, es ganado por la fidelidad a la palabra enseñada, por eso aprender de nuestra Fe es muy importante para saber qué es lo que quiere Jesús de nosotros y como resultado, nuestra conducta sea a imitación de él, trayendo como consecuencia, una vida en libertad, sin las ataduras del pecado y en Paz. Justamente lo que todos deseamos en estos momentos.

Concluimos este encuentro reflexionando lo que busca Jesús de nosotros, lo que enseñan nuestros Pastores y la Iglesia, y lo más importante, lo que debemos hacer como resultado.

Este mensaje es para ti que me escuchas y para mí también.  Debemos pasar al modo “activo” es decir, querer conocer más sobre nuestra fe, con actividades muy edificantes como leer ese fantástico y muy desconocido “manual de uso” que es el Catecismo de la Iglesia Católica, anotándonos en alguna charla de biblia en la parroquia o participando en algún grupo de apostolado, que dentro de sus objetivos esté, el estudio sistematizado de la biblia.

Hay mucho material en la parroquia, nuestro párroco tiene muchas iniciativas, contamos con un diacono bien dispuesto a la enseñanza, tenemos un equipo de catequesis comprometido a responder preguntas y orientar, para que todos juntos como Iglesia, salgamos a llevar el Evangelio a todos los pueblos, tal como Jesús lo enseño e hicieron los apóstoles. ¡Anímate! Contamos contigo.

Cita

Objetivo

Marcos 6,34

Jesus enseña a una multitud que estaban como ovejas sin Pastor (tuvo compasión)

Juan 8,28-32

Habló a los que habían creído en El (Jesús)

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