San Pablo modelo de Evangelización (2da parte)

ENCUENTROS DE FORMACIÓN CATÓLICA

¡Bienvenidos todos a nuestro encuentro que llamamos: ¡Ven a Caminar con Jesus

Empezamos un nuevo ciclo muy oportuno para estos tiempos, exploraremos la experiencia de San Pablo evangelizando. Lo haremos junto con él, ya que es y debe ser, un ejemplo para todos nosotros.

Estudiaremos el metodo usado por San Pablo para hacer llegar la palabra de Dios a todos los sitios que visitó y para lograr ser «Iglesia» en esas comunidades que evangelizó. La etapa que estudiaremos, está enmarcada en el libro de los Hechos de los Apóstoles, el cual les auguro, un recorrido muy interesante y transformador. Ya lo verán.

¿Recuerdan la pregunta del encuentro pasado? ¿Porqué de este tema? Es que la iglesia nos manda a ser discipulos y misioneros.

Ya vimos de forma muy reducida lo que significa ser discípulo, ahora empezamos la parte de Misioneros, pero ¡ALTO! Las cosas no son así de fáciles.

Según lo que encontramos en los Hechos de los Apóstoles, San Pablo se convierte en el capitulo 9, en el capitulo 13 lo nombran apostol y en el 17, San Pablo comienza a Evangelizar.

Todo tiene un comienzo para nosotros los que queremos conocer a San Pablo y lo que él hizo, pero también nosotros tenemos un “capitulo 9”, así que empezamos pidiéndole a San Pablo que nos tome de la mano y nos lleve a recorrer, conocer y hacer lo que él hizo.

Glorioso apóstol San Pablo, vaso escogido del Señor para llevar su santo nombre por toda la tierra; por tu celo apostólico y por tu abrasada caridad con que sentías los trabajos de tus prójimos como si fueran tuyos propios; por la inalterable paciencia con que sufriste persecuciones, cárceles, azotes, cadenas, tentaciones, naufragios y hasta la misma muerte; por aquel celo que te estimulaba a trabajar día y noche en beneficio de las almas y, sobre todo, por aquella prontitud con que a la primera voz de Cristo en el camino de Damasco te rendiste enteramente a la gracia, te ruego, por todos los apóstoles de hoy, y que me consigas del Señor que imite tus ejemplos oyendo prontamente la voz de sus inspiraciones y peleando contra mis pasiones sin apego ninguno a las cosas temporales y con aprecio de las eternas, para gloria de Dios Padre, que con el Hijo y el Espíritu Santo vive y reina por todos los siglos de los siglos.

Amén.

Empezamos este encuentro haciendo un muy breve resumen del anterior:

  1. Saulo tiene un encuentro con Jesús y cae al suelo.
  2. Se le ordena levantarse, ya que tiene una misión.
  3. Es bautizado, cuidado y alimentado hasta que recupere sus fuerzas.

Si se dieron cuenta, no leímos el último versiculo completo, pero ahora si lo leeremos. Vengo utilizando la biblia de Navarra, la de Jerusalén y la Latinoamericana, así que algunas palabras pueden cambiar.

Busca en tu biblia Hechos 9, 19-22.  Leamos:

“.. y tomando algo de comer recuperó las fuerzas. Estuvo algunos días con los discípulos que había en Damasco, y enseguida empezó a predicar a Jesús en las sinagogas: Éste es el Hijo de Dios.

Todos los que lo oían se asombraban y decían:

¿Pero no es éste el que atacaba en Jerusalén a los que invocaban este nombre, y que vino aquí para llevarlos detenidos ante los príncipes de los sacerdotes?

Saulo cobraba cada vez más fuerza y desconcertaba a los judíos que habitaban en Damasco, demostrando que Jesús es el Cristo.”

Vemos a San Pablo como muchos de nosotros, que llenos del Espíritu Santo queremos gritar por las ventanas todas las maravillas que Jesús está obrando en nosotros, nos sentimos con una emoción, con una vitalidad como nunca antes la habíamos sentido.

Ocurrió a San Pablo lo que llamamos “Metánoia o Metanoia” y no es otra cosa que un cambio radical de pensamiento y conducta. Es un giro de 180º grados, es como cuando vamos en una dirección e inmediatamente vamos en otra inversa.

Este cambio es tan radical, que deja a los que conocen a San Pablo desconcertados. ¿Cual era éste el judío con poder que perseguía a OTROS judíos convertidos, ahora a Jesús, y que de repente habla maravillas de un Jesús que – para colmo de males para los judíos – dice y demuestra que es el Cristo, el mesías, el enviado de Dios?

Todo cambio radical tiene consecuencias, pero aun más cuando es para abandonar todo lo anterior para seguir a Jesús. Es un cambio de vida.

Hago aquí una acotación: Según la biblia que usen, encontrarán algunas palabras distintas. Unas dirán que Pablo “demostraba” y otros “refutaba”, pero aquí vemos una clave que será fundamental para este tema y que más adelante verán por que.

Seguimos con la lectura con el versiculo 23 al 25. Leemos:

“Muchos días después, los judíos tomaron la decisión de matarlo; pero Saulo se enteró de sus insidias. Y aunque vigilaban día y noche las puertas de la ciudad para acabar con él, sus discípulos lo tomaron una noche y lo descolgaron por la muralla en una canasta.”

Se hace presente las palabras de Jesús: “Yo le mostraré lo que deberá sufrir a causa de mi nombre” y tambien nos dijo “no es mas el discípulo que su maestro”. Todo esto queriendo decir que proclamar la Palabra de Jesús trae consecuencias, y ¿primero de donde? De nuestro circulo mas intimo. En el caso de San Pablo ¿A donde iba? ¿A dónde fue? ¿No fue acaso a la sinagoga? Sus propios hermanos en la fe, en la sinagoga donde hablaba de Jesús, refutaba y demostraba quien era el y lo que representaba.

Pero allí en su “circulo intimo”, entre “iguales”, no solo era rechazado, sino que tuvo que huir en una canasta.

En nuestro caso, el recién convertido es atacado por su propia familia, sus amigos le dan la espalda y hasta sus hermanos en la fe, los mismos católicos se confabulan con todo tipo de intrigas y calumnias. Pues si hermano católico, bienvenido a la Misión. Unos hablarán maravillas de tí, calentarás corazones y convertirás a muchos, pero levantarás envidias, celos y quizás no te mantén en la Iglesia tus propios hermanos en la fe, los compañeros del grupo de oración o de la cofradía tal o cual, pero caerán sobre ti todo tipo de confabulaciones, trampas y tentaciones. Sumérgete en la oración, vive tus Sacramentos y prepárate para la batalla.

Como Jesús le dijo a San Pablo: “..Yo soy Jesús al que persigues..” también hay en sus palabras un “harás”, que no es otra cosa que una misión, pero como vimos en San Pablo, vino ayuda y lo leeremos a partir del versiculo 26-30. Leemos:

 “Cuando llegó a Jerusalén intentaba unirse a los discípulos; pero todos le temían, porque no creían que fuera discípulo. Sin embargo, Bernabé se lo llevó con él, lo condujo a los apóstoles y les contó cómo en el camino había visto al Señor, y que le había hablado, y cómo en Damasco había predicado abiertamente en el nombre de Jesús. Entonces entraba y salía con ellos en Jerusalén, hablando claramente en el nombre del Señor. Conversaba también y disputaba con los helenistas; y éstos intentaban matarlo. Cuando los hermanos lo supieron, lo llevaron a Cesarea y lo enviaron a Tarso.”

Como dice el dicho de Jesús: “nadie es profeta en su tierra”, pues bien, tampoco lo es en su comunidad de fe. Vemos aquí la tragedia de los recién convertidos, sea que vengan de otras creencias o eran católicos” tibios” como muchos hoy, al que llega, O se le rechaza de entrada, o se le etiqueta porque no tenía “historia” en la parroquia o sencillamente es ignorado.

Tenemos el defecto de ser “malos anfitriones”. Muchos hermanos que gracias al Espíritu Santo tienen su encuentro con Jesús y vienen a saber, a conocer el “porqué” de eso que sienten, se encuentran con muros insalvables, católicos que dan un pésimo ejemplo o mal preparados, que no saben dar razón de su fe.

En el caso de San Pablo, si encontró uno. Un tal “Bernabé” que, si lo acogió, lo presento a los apóstoles, o en nuestro caso a los distintos grupos que hacen vida en la parroquia y no faltaba más, al mismo Párroco. Fíjense en algo. Antes de salir en Misión, debemos saber vivir en nuestra comunidad de fe, para que cuando estemos en misión, vean en nosotros lo que predicamos.

Bernabé fue el que habló de lo que había hecho San Pablo en nombre de Jesús. Para haber hecho esto, debió haber compartido con él, haberlo escuchado y escudriñado si lo que decía, era cónsono con lo que habían aprendido de los apóstoles y por ende de Jesús. Bernabé debió estar bien preparado en su fe, en lo que creía, por tanto, nosotros al igual que Bernabé, debemos estarlo para así tener los “oídos” entrenados para detectar “novedades”, creencias o “evangelios” distintos a los que hemos recibido por el Magisterio, la Santa Escritura o por la Tradición de la Iglesia.

Les pregunto: ¿Vieron otro detalle? Llegó a Jerusalén, predicó, y ¿no saben qué? Lo querían matar otra vez. Llevar el Evangelio, la palabra de Jesús conlleva riesgos, pero Jesús está con nosotros como con San Pablo.

Los hermanos lo enviaron a Tarso, así seremos nosotros envíados a otro sitio cuando no nos quieran a donde lleguemos.  

 ¿Se acuerdan de aquella otra pregunta? ¿Porqué de este tema? Es que la Iglesia nos manda a ser discipulos y misioneros.

Ya vimos que le sucede al Misionero, enumero algunos: Conversiones, alegrías, miedos y temores, amenazas, ataques desde lo interno de la iglesia, de la familia, de los círculos mas personales, de las indeferencias de los hermanos en la fe, por los malos ejemplos… y pare de contar.

¿Y para ser misionero como san Pablo?

Quédate con nosotros, no te pierdas nuestros próximos encuentros de Ven a Caminar con Jesús, para que conozcas más a San Pablo como modelo de la Evangelización.

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San Pablo, ruega por nosotros. Alabado sea Jesucristo.

 

Cita

Punto Focal

Hechos 9,19-22

La Metanoia – El cambio de rumbo – el “nuevo” Pablo

Hechos 9,23-25

La consecuencia de seguir a Jesús y proclamar su Palabra

Hechos 9,26-30

El rechazo al recién convertido- la acogida – la misión

Guillermo Salgado, Catequista

1 comentario en “San Pablo modelo de Evangelización (2da parte)”

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